Un Físico explica porque puede existir el alma
El universo está lleno de misterios que desafían nuestro actual
conocimiento. En “Más allá de la ciencia” La Gran Época recopila
historias sobre estos extraños fenómenos para estimular la imaginación y
abrir posibilidades nunca antes soñadas. ¿Serán ciertas? Decídalo
usted.
Henry P. Stapp es un físico teórico en la Universidad de
California-Berkley quien trabajó con algunos de los padres fundadores de
la mecánica cuántica, él no busca probar que el alma exista, pero dice
que su existencia encaja en las leyes de la física.
No es correcto decir que creer en el alma no es científico, de acuerdo
con Stapp. Aquí la palabra “alma” se refiere a una personalidad
independiente del cerebro o del resto del cuerpo humano que puede
sobrevivir más allá de la muerte. En su artículo, “Compatibilidad de la
teoría de la física moderna con supervivencia de la personalidad”,
escribió:
“Las fuertes dudas sobre la sobrevivencia de la personalidad basadas
únicamente en la creencia de que la supervivencia después de la muerte
es incompatible con las leyes de la física son infundadas”.
Él trabaja con la interpretación de Copenhagen de la física cuántica
–más o menos la interpretación utilizada por los fundadores de la
mecánica cuántica, Niels Bohr y Werner Heisenberg. Incluso Bohr y
Heisenberg tenían algunos desacuerdos sobre cómo funciona la física
cuántica y desde entonces los entendimientos sobre la teoría han sido
diversos. El artículo de Stapp sobre la interpretación Copenhagen ha
sido de gran influencia. Fue escrito en la década de los 70 y Heisenberg
escribió un apéndice para éste.
Stapp señaló acerca de sus propios conceptos:
“No ha habido ningún indicio de mis descripciones (o concepciones)
anteriores de esta mecánica cuántica ortodoxa sobre cualquier noción de
supervivencia de la personalidad”.
Por qué la Teoría cuántica podría dar indicios de vida después de la muerte
Stapp explica que los fundadores de la teoría cuántica solicitaron a los
científicos que cortaran fundamentalmente al mundo en dos partes. Sobre
el corte, las matemáticas clásicas podrían describir el proceso físico
experimentado empíricamente. Debajo, las matemáticas cuánticas describen
un reino “que no implica determinismo físico completo”.
De este reino bajo el corte, Stapp escribió:
“Uno generalmente encuentra que el estado evolucionado del sistema, no
puede ser igualado con ninguna descripción clásica de las propiedades
visibles para los observadores”.
Entonces, ¿cómo observan los científicos lo invisible? Usan propiedades
particulares del sistema cuántico e instalan aparatos para ver sus
efectos en el proceso físico “sobre el corte”.
La clave está en la elección de quien lo experimenta. Cuando trabajas
con el sistema cuántico, la elección del observador se muestra para
impactar físicamente lo que se manifiesta y que puede ser observado
sobre el corte.
Stepp citó la analogía de Bohr sobre esta interacción entre el científico y los resultados de su experimento:
“es como un hombre ciego con un bastón: cuando el bastón se lleva
suelto, el borde entre la persona y el mundo exterior se divide entre la
mano y el bastón; pero cuando es sostenido firmemente se vuelve parte
del yo exploratorio: la persona siente que él mismo se extiende hasta la
punta del bastón”.
Lo físico y lo mental están conectados de forma dinámica. En términos de
la relación entre mente y cerebro, parece que el observador puede
sostener una actividad cerebral determinada que de otro modo sería
breve. Ésta es una elección similar a la que hace un científico cuando
decide qué propiedades del sistema cuántico estudiar.
La explicación cuántica sobre cómo la mente y el cerebro pueden
separarse o diferenciarse, aún conectadas por las leyes de la física “es
una revelación agradable”, escribió Stapp.“Esto resuelve el problema
que ha plagado ambas, ciencia y filosofía por siglos, la necesidad del
mandato científico ya sea para equiparar a la mente con el cerebro, o
para hacer al cerebro dinámicamente independiente de la mente”.
Stapp dijo no es contrario a las leyes de la física que la personalidad
de una persona muerta pueda adherirse a alguien vivo como en el caso de
la llamada posesión espiritual. No requeriría ningún cambio básico en la
teoría ortodoxa, aunque “requeriría flexibilidad en la idea de que
eventos físicos y mentales ocurren sólo cuando ambos se juntan”.
La teoría física clásica solo puede evadir el problema, y los físicos
clásicos solo pueden trabajar para desacreditar la intuición
definiéndola como un producto de la confusión humana, dijo Stapp. En
lugar de eso, la ciencia debería, reconocer “los efectos físicos de la
conciencia como un problema físico que necesita ser respondido en
términos dinámicos”.
Cómo este entendimiento afecta el tejido moral de la sociedad
Por otra parte, es imperativo para mantener la moral humana considerar a
la gente como algo más que solo máquinas de carne y hueso.
En otro artículo, titulado “Atención, intención y voluntad en la física cuántica”, Stapp escribió:
“Ahora se volvió ampliamente apreciada la asimilación del público en
general de esta visión “científica”, de acuerdo con la cual cada ser
humano es básicamente un robot mecánico, la cual parece tener un impacto
significativo y corrosivo en el tejido moral de la sociedad”.
Escribió sobre “la creciente tendencia de la gente a exonerarse a sí
misma argumentando que no soy “yo” quien está equivocado, sino algún
proceso mecánico interno: “mis genes, me hicieron hacerlo”; o “mi alta
glucosa en la sangre me hizo hacerlo”. Evoca la famosa defensa por
demencia que sacó a Dan White después de cinco años de haber asesinado
al alcalde de San Francisco George Moscone y al supervisor Harvey Milk”.
Fuente: http://www.lagranepoca.com/